Yerba Mala
DON GIOVANNI

  • Ismael Plascencia, otro paisano en ligas mayores
  • Puertas al campo: Valdés Fonseca regala lo que no es suyo
  • Inusitada velocidad: cinco días para convenir por quince años

1.- RELEVO EN CONCAMIN. Esta semana quedó prácticamente resuelta la sucesión en la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). La buena noticia es que el consenso resultó favorable para el competidor postulado por la Cámara Nacional de la Vivienda, el leonés Ismael Plascencia Núñez.

No se trata de un logro menor, la Concamin aglutina 66 cámaras de industria y más de 40 asociaciones y es uno de los organismos con mayor peso al interior del Consejo Coordinador Empresarial.

Se suma a los méritos el hecho de que Plascencia emergió como un candidato relativamente marginal y enfrentó el peso de contender con un candidato oficial por parte del actual dirigente del organismo, León Halkin, en la persona de Salomón Presburger.

No obstante haber recibido ataques en medios por su oriundez guanajuatense y su aparente cercanía con el grupo de políticos que arribaron al gobierno junto con Vicente Fox, lo cierto es que Plascencia nunca basó su estrategia en una vinculación con la administración saliente.

No tenía sentido, en primer lugar porque una relación con el foxismo en este momento sería más bien un peso muerto. Y, en segundo, porque hubo quien sí desarrolló una línea de trabajo en tal sentido: el también leonés Jorge Videgaray, empresario constructor y político de ocasión que se convirtió en un competidor tardío en integrarse a la contienda y madrugador para salir de ella.

Lo cierto es que Plascencia parece haber alcanzado sus votos en base a su propio cabildeo y la presentación de un plan de trabajo ambicioso y bien articulado, donde se incluye la necesidad de que los programas industriales del próximo gobierno sean diseñados por los propios sectores interesados, impulsar una reforma para poner al día a la Ley Federal del Trabajo, promover el pleno respeto por la propiedad intelectual y revertir el acentuado deterioro en la productividad de los años recientes.

Para ello, Plascencia ha señalado que su plan busca sumar esfuerzos del sector industrial y el gobierno para sustentar el crecimiento del país en sectores clave, entre ellos el maquilador, electrónico, eléctrico, telecomunicaciones, automotriz, autotransportes, hierro, acero y construcción.

Ayer miércoles se dio el punto de inflexión. Las propuestas de Ismael Plascencia lograron sumar al más rezagado de sus contendientes, el empresario textilero Mayer Zaga, con lo cual aseguró los votos necesarios para ser elegido.

Acorde al sentido corporativo con el que se manejan las instituciones empresariales, todo hace suponer que no será necesario llegar al expediente de la votación, sino que es inminente la declinación de Presburger y que antes del lapso previsto, la primera semana de septiembre, se dará a conocer al nuevo presidente de Concamin.

Para Guanajuato la coyuntura resulta por demás interesante. Luego de un sexenio en el que prácticamente todo el gobierno federal estuvo, de una u otra manera, abierto a las gestiones de los sectores productivos locales, donde por cierto el saldo aunque favorable no deja de estar por debajo de las expectativas, parecía venirse un periodo de sequía.

Sin embargo, el hecho de que un empresario, no sólo con origen local sino con su carrera hecha totalmente en la entidad, llegue a presidir una de las más importantes instituciones del sector privado, será una oportunidad para mantener una alta capacidad de interlocución con el gobierno federal.

Cabe recordar que entre los pendientes que quedan a solucionar, además de la conclusión de obras de infraestructura de la máxima relevancia, se encuentran peticiones como la del eficaz combate al contrabando y al mercado de productos y marcas piratas, algo que ya está planteado en el programa de trabajo impulsado por Plascencia y que ha recibido los consensos de la mayor parte de los industriales del país.


2.- LA GRAN FACILONA. La presidencia municipal de Guanajuato y su cabildo adjunto pueden ser candidatos a ganar el premio nacional de administración pública de 2006. En apenas 4 días hábiles y con un fin de semana de por medio, recibieron la solicitud, hicieron el análisis jurídico, presentaron un dictamen al Ayuntamiento y aprobaron sin oposición la cesión en los hechos de 14 hectáreas de una zona natural protegida a un particular.

¿Serán así todos los trámites en la administración que encabeza Juan Antonio Valdés Fonseca? Habría que aplaudirles. Aunque a veces un simple permiso de construcción puede llegar a tardar más que el trámite descrito arriba.

El "convenio de colaboración", como fue titulado el acto jurídico para disfrazar sus consecuencias, le permite al empresario Juan Andrés Rangel de Alba, propietario de Inmobiliaria Jarab, cercar 14 hectáreas en base al pretexto de que sembrará 40 mil árboles, los regará concienzudamente y evitará que se los coma el ganado mostrenco que por ahí circula.

¿Será posible que si, hoy o mañana, cualquier guanajuatense, Usted o yo, nos presentáramos al Ayuntamiento con un oficio mediante el cual por sembrar cuarenta o cincuenta árboles nos permitiesen cercar unos cien o doscientos metros cuadrados en El Orito o cualquier otro parque de la ciudad, se nos responda igual de rápido y en el mismo sentido?

Resulta admirable, además, que el Ayuntamiento ni siquiera haya enviado a un par de sufridos topógrafos para delimitar el área que podía ser susceptible de un "convenio" de esta naturaleza con la empresa Jarab, sino que todo el trámite se realizó en base a los planos presentados por el propio peticionario, recibido junto con su solicitud el mismo 9 de agosto.

Tampoco importó mucho ni ameritó análisis alguno de la Contraloría Municipal el hecho de que el solicitante, el apoderado de la empresa Jarab, Luis Gutiérrez Márquez, haya formado parte de la misma administración municipal que aceptó tan expedita como dadivosamente su solicitud, en un cargo relevante: la Dirección de Obra Pública Municipal.

Más allá del intento de pulcritud jurídica con el que se pretendió disfrazar un atropello a bienes colectivos de los que el Ayuntamiento y el alcalde deberían ser guardianes celosos, lo que llama la atención es la prisa, el ocultamiento, el nerviosismo con el que se encuentran reaccionando nuestros prohombres.

Y no es para menos, se trata de una juridicidad demasiado endeble, demasiado mal soportada técnicamente y demasiado a la carrera como para amparar el larguísimo término por el que pretenden convenir la gestión de esas 14 hectáreas: 15 largos años, cinco administraciones municipales, con la posibilidad de ampliarlo a 30 años.

Será el sereno, pero esa sí es visión de largo plazo combinada con simplificación administrativa. Vayan tres ¡hurras! por la eficacia política de un alcalde interino, Juan Antonio Valdés Fonseca, que había ocultado sus talentos en oscuros puestos contables. Es una pena que no exista la reelección.

No deja de llamar la atención, el infaltable prietito en el arroz, el desconocimiento del alcalde a la asociación civil conformada para coadyuvar en el cuidado de la zona natural protegida. "No está legalmente constituida", dijo el contable con vocación de jurista, justificando con ello su negativa a recibir a los directivos de la fantasmal organización. Seguramente sus aficiones por el derecho no le han alcanzado para conocer la existencia de una garantía constitucional denominada derecho de audiencia, la cual es prerrogativa de cualquier ciudadano, esté o no constituido en donde sea.

Con esta actuación, de espaldas al interés de miles de habitantes de Guanajuato y dócil a las solicitudes de un poderoso empresario, nuestros ediles, encabezados por Juan Antonio Valdés Fonseca, lo único que nos vienen a mostrar es que en la eterna pugna entre el dinero y la vergüenza, esta última sigue perdiendo la batalla.

 

dongiovanni@fastmail.fm


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